Museos Virtuales
Los museos han llegado a Internet. Cómodamente, desde nuestra casa y a golpe de ratón, podemos conocer los horarios de apertura y cierre de estos centros en cualquier parte del mundo, o recorrer en una visita guiada virtual lo mejor de sus fondos y colecciones e incluso adquirir en sus tiendas on-line el recuerdo que de fe de nuestro paso por sus salas. El Museo Virtual o Museo on-line, pone a disposición del público, sin limitaciones de horario ni geográficas, los contenidos (imágenes digitalizadas) y explicaciones teóricas de los mismos, en un entorno gráfico atractivo, de navegación fácil y amena. Otro de sus rasgos fundamentales es que debe tener asegurada su permanencia en el tiempo y la renovación periódica de su diseño y contenidos.
Las ventajas de este nuevo tipo de plataforma son muchas, pero la principal de todas es que ya no son necesarias las inversiones multimillonarias en infraestructuras, personal especializado, adquisición y conservación de fondos que se requieren para montar un museo real, del tipo tradicional. Basta con disponer de espacio en un servidor web, un pequeño equipo informático que se ocupe del diseño y mantenimiento del site, otro de personas encargadas de los contenidos y, si es posible, el apoyo de alguna institución que respalde económicamente y dé prestigio al proyecto. El principal inconveniente lo constituye la adquisición de las imágenes que se vayan a incluir en la página. Estas, pueden haber sido obtenidas por los promotores de la página después de un laborioso proceso de elaboración, o son cedidas por alguna institución (un museo real o una universidad), o, lo que por desgracia es muy frecuente, son obtenidas de manera poco lícita, sin respetar los legítimos derechos de sus propietarios legales. este es el caso del Museo Virtual San Antonio, que pretendía reunir una muestra del mejor arte de los museos de todo el mundo, y ha tenido que quitar las obras, después de las protestas, por no disponer de los oportunos permisos para reproducirlas.
Muchas páginas corresponden a instituciones públicas y privadas que no disponen de un «museo real» y que han encontrado en esta vía el mejor modo de llegar a un amplio sector de público sin comprometer en ello un presupuesto del que no disponen; por último, abundan también las que dependen de museos reales que ponen on-line lo más representativo de sus fondos como una manera de promocionarse y atraer a nuevos visitantes. Como el Museo Virtual Surrealista, The Ancient Olympic Games Virtual Museum, dedicado a los antiguos Juegos Olímpicos griegos, Museum of Nautical Archaeology, sobre excavaciones de arqueología submarina. Algunas delegaciones en la Red tienen la mayoría de los más prestigiosos museos del mundo, entre ellos: el Museo del Prado, en España, el Louvre en Francia, la National Gallery y el http://www.britishmuseum.org/ en Inglaterra, los Museos Vaticanos en Italia y el Guggenheim, con delegaciones en varios países como en España (Guggenheim Bilbao). La oferta es amplia y hay donde elegir.
Se puede decir que esta es una buena forma de democratizar el arte, de que llegue a todos sin necesidad de estar en el lugar donde reside la obra y así conocer un patrimonio que por derecho nos pertenece a todos. Aun así, no hay que olvidar que aunque la tecnología nos ofrezca este tipo de avances, nada es comparable con la contemplación directa de la obra de arte, el ambiente del museo, el deambular de la gente, porque ese es un precio que las nuevas tecnologías no pueden pagar.
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TOKIO: el paradigma cibercultural
Con la aparición de las nuevas tecnologías, las ciudades de prácticamente todos los países desarrollados tejen entre las redes y los satélites nuevas relaciones que se caracterizan por la ruptura de las fronteras, por la inexistencia de distancia entre los que formamos parte de esa era globalizada.
Cuando nos referimos a formar parte de esta era de la información y la tecnologización, no sólo nos estamos refiriendo a tomar parte activa en el proceso comunicativo sino que, con las nuevos medios, se produce un efecto de dependencia casi simultáneo. Así pues, nos es prácticamente imposible vivir al margen de la información y de los medios. Junto con esta nueva forma de tejido cultural, aparecen nuevas formas de creación, de expresión, de arte, música…Pero sin duda, la mejor combinación de todos estos elementos junto con las relaciones sociales se da en Tokio.
La ciudad se ha asociado ya al nuevo conceptro de sociedad ultraconectada, ya que se encuentra en uno de los países líderes en el desarrollo de la cibercultura y en el máximo potenciador de las nuevas tecnologías. Cuando llegas a Tokio te encuentras que toda su ciudadanía convive en perfecta armonía con un conjunto de nuevas formas de expersión futuristas y no es de extrañar que muchos acudan a ella como fuente de inspiración.
Pero lo más importante de todo ello es cómo evoluciona la ciudad con la implantación de este nuevo tipo de cultura: se abren nuevos caminos para el arte y la innovación, se dan oportunidades igualitarias a todos los cuidadanos que a su vez participan activamente en la construcción de una nueva sociedad. Y es precismanete la acogida que da la ciudadanía a las nuevas tecnologías lo que permite a Tokio gozar de una especie de aura social en donde tecnología y sociedad se terminan uniendo.
Así pues, y lo que pone de manifiesto, es que la cultura de la información, de la tecnología y de la inmediatez no sólo abre paso a la comunicación sino también a todo tipo de formas expresivas, a la ruputura de fronteras de espacio y tiempo y a una interacción cada vez mayor. En definitiva, el paradigma de la cibercultura.